Origen de Ayne-Perú
La Congregación de Religiosas Trinitarias de la Región Perú-Bolivia- con la participación del Gobierno General- decide constituir una entidad orientada a la promoción y desarrollo humano de las familias.
Para viabilizar esta propuesta se conforma un equipo de trabajo denominado “Coordinadora de Proyectos de Promoción y Desarrollo”, con dos objetivos: reorientar y gestionar los proyectos en marcha y constituir una “entidad de promoción y desarrollo”.
En dicho proceso describimos algunos conceptos fundacionales: “… queremos una entidad que sea el reflejo del carisma”, “… el rostro concreto de nuestra acción social, que transmita el amor de Dios Trinidad, un Dios Liberador”, “una institución que promueva el valor de la vida, la solidaridad, que los pobres sean protagonistas de su liberación”, “una institución comprometida con la justicia y los derechos, comprometida con la libertad…”
Éstas y otras afirmaciones dieron como resultado, en 1998, el nacimiento de Ayne Perú-Trinitarias, Solidaridad y Desarrollo, que recoge la rica experiencia y el trabajo de pastoral social de las Religiosas Terciarias Trinitarias en Perú desde 1957.
Se opta por el nombre de AYNE, modificación del vocablo quechua “ayni”, que José María Arguedas utiliza en su relato Runa Yupay, y que quiere decir “préstamo de algo con solo la condición de reci- procidad”.
Para nosotras expresa la actitud recíproca y solidaria entre los actores sociales, propiciando relaciones de equidad y corresponsabilidad, creando oportunidades para el desarrollo de sus capacidades y potencialidades a favor de la vida.
Misión y Visión
Ayne Perú Trinitarias, Solidaridad y Desarrollo es una institución fundada por la Congregación de Religiosas Terciarias Trinitarias para dar continuidad a su Misión Social.
Para tal efecto, llevamos a cabo y propiciamos en sectores populares, urbano marginales y rurales diversas iniciativas y proyectos de promoción y desarrollo integral de niños, niñas, jóvenes, mujeres y sus familias en situación de vulnerabilidad, exclusión social y pobreza; promovemos y acompañamos iniciativas de desarrollo económico de familias; fortalecemos el protagonismo en las organizaciones comunitarias en su participación y articulación a la dinámica de desarrollo local y regional.
Ayne Perú-Trinitarias implementa sus acciones ahí donde se encuentra una comunidad de hermanas; promueve la participación del voluntariado y establece alianzas con entidades públicas y privadas nacionales y extranjeras, desde la práctica de los valores evangélicos, éticos, democráticos y solidarios, de conformidad con la doctrina social de la iglesia y la defensa de la vida.
Es nuestro sueño de lo que queremos ser y manifestamos lo trascendental para nuestra institución.
Valores y principios
Valores
Los valores y principios que expresamos son el soporte y la fuente inspiradora de la correcta actuación de todos quienes integramos Ayne Perú -Trinitarias.
Libertad, como valor intrínseco de la persona para el pleno ejercicio de sus derechos, sin lesionar los derechos de los demás, en el marco de la doctrina universal de los derechos humanos. Como don de Dios que invita a todos a trabajar contra toda esclavitud que impida vivir con dignidad.
Solidaridad, fundamentada en la construcción de relaciones de equidad y reciprocidad colectiva de las personas en sus comunidades.
Ética: promueve la construcción de una cultura de valores para la formación de la persona, Desde nuestra realidad valoramos la responsabilidad, la honestidad y transparencia, exigencias y salvaguarda de nuestras acciones y comportamientos individuales y colectivos.
Principios
Dignidad, como referencia al valor inherente al ser humano, como persona racional, única e irrepetible, libe y responsable desde nuestra fe considerada digna a imagen y semejanza de Dios.
Justicia, tiene que ver con la erradicación de la pobreza, basada en la equidad, el fin de toda discriminación contra las personas y la igualdad de derechos y oportunidades imprescindibles para forjar una cultura de paz.
Carisma y espiritualidad Trinitaria: como don y compromiso con la justicia, la solidaridad y liberación de toda forma de esclavitud, como exigencias de la fe para vivir con dignidad como hijos e hijas de Dios.